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martes, 26 de noviembre de 2013

HONESTIDAD (al fondo izquierda y derecha)

He comenzado a ver por la página Manzanaresvideo.es el pleno correspondiente al mes de noviembre , es decir, el actual. He oído hablar hasta que me he cansado, bueno, cansado no es la palabra, hasta que me he hastiado sería más correcto. El tema iba sobre la demolición del antiguo ALTOZANO. Lo dicho en el pleno no hace falta que lo repita, si alguien no lo ha oído puede abrir la página correspondiente que, sinceramente no sé la que es, pero sin duda el vídeo del acto debe quedar grabado en algún sitio.
He constatado lo que ya he dicho en alguna ocasión, que las mayorías absolutas tampoco son buenas: Mientras el concejal de turno del grupo que nos gobierna (PP) se ha explayado en la contestación a la moción de urgencia presentada por PSOE  e IU, argumentando sus actuaciones y recordando pasadas actuaciones del anterior gobierno,  y el Sr. alcalde ha ratificado lo dicho por su concejal en un más que largo espacio de tiempo (el que se han querido tomar), han negado la réplica al concejal acusado de pasividad en el gobierno anterior, tal vez porque antes, este, había acusado de pasividad al actual equipo ( que en definitiva eso es un grupo: equipo).
No entro en las razones, posiblemente todos  tengan las suyas, ni en la demagogia que acompaña al argumentario  de cada ponente, que también existe. Hablo simplemente de lo tedioso que resulta oír siempre la misma cantinela. El más eres tú, el desplante, la prepotencia (cualidades humanas qué duda cabe), están, hoy como ayer  en manos de la mayoría. Los otros, las minorías,  probablemente, también abusarán en la medida de lo posible de sus comentarios respecto a los oponentes, hasta que se les corta radicalmente, o se les advierte por primera, segunda, o tercera vez y son expulsados del pleno.
Y es este convencimiento de que “digas lo que digas, aquí mando yo”, el que me subleva, el que me entristece, el que me hace pensar en un juego de niños, o, mucho peor, de adultos que parecen niños.
No sé si seremos capaces, parece que no, de acabar con los enfrentamientos, de no plantear los plenos como si fuera una revancha hacia los que anteriormente tal vez hicieron lo mismo, de pensar en la misma dirección, de pensar en los gobernados, que ni somos tontos, ni nos merecemos que nos tomen por tal.
Cuando veo estas situaciones, pienso que las dos Españas que dijo Machado (Don Antonio) siguen en plena combustión; que, o los españoles somos temperamentales hasta extremos impropios, o no somos capaces de erradicar el odio; que nuestra visceralidad es incompatible con el actual momento que vivimos en el que los ánimos están tan caldeados que pueden estallar como pompas de jabón en cualquier momento; que es hora de pensar con la cabeza y no con el corazón, que aunque a veces sea bueno pensar con esta víscera (aunque víscera no sea la palabra que debiera definir a un órgano  tan noble),  no es el caso.

Termino, para no cansarles, aunque mi visceralidad, que también la tengo (cómo no si soy humano) me anime a seguir erre que erre.  Creo que sería suficiente con que nos parásemos a pensar, y no en nuestra propia circunstancia; que supiéramos respetar y valorar las ajenas capacidades y consensuar nuestros razonamientos en orden a prioridades, necesidades, justicia social, hermanamiento… . En fin, creo que tendríamos que ser honestos.