Entradas populares

jueves, 26 de diciembre de 2013

EL TREN



Un hombre nace, camina por las tierras de su niñez, y va dejando una estela de vivencias que lo convierten en adulto. No piensa, ni por asomo, que la vida es una cita a ciegas con la que se ha de cruzar en el más insospechados de los caminos. Busca, acaso busca lo que sus sueños le sugieren.

En alguna estación, inicia un recorrido que no tendrá regreso.El billete, como esos paquetes de tabaco en los que se avisa de que el tabaco mata, se lo indica, pero se imagina la aventura tan excitante que lo olvida. Le seduce el viaje, las gentes con las que se cruza, el color de las ciudades, el aroma de lo desconocido...

Se va descubriendo a sí mismo en una sucesión de encuentros y desencuentros, de alegrías y sinsabores, de proyectos y abandonos, de logros y fracasos. Es grande la lucha; absorbente. Tanto que se olvida de su propia persona atrapada en menesteres de simple subsistencia. Hasta que un día se da cuenta que ya no le quedan esperanzas. Entonces piensa en  el regreso sin recordar que a la salida le indicaron que este viaje no lo tenía.

Quiere volver. Se desespera, grita, suplica, reza, inventa nuevos lugares a los que poder dirigirse. Tiene prisa por seguir el itinerario imaginado y escribe desde su alma esperanzada, atormentada,cautiva:

¡Y si el tren no partiera...!, qué sería
de quienes aguardamos el regreso
con la maleta presta y con el beso
dibujando en su adiós melancolía.

¡Y si el tren no partiera...! dónde iría
tanto sueño perdido, tanto preso
anhelo de fundirse en un proceso
que en el alma nos pone lejanía.

Somos de algún lugar equidistante
entre el ser y el no ser. Vamos, de paso,
en ruta hacia la tierra prometida.

Pero no llega el tren, y su retraso
nos duele en esta sangre itinerante
que sabe que no existe otra salida.