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viernes, 17 de enero de 2014

DULCINEA

Hubo un tiempo, en el que la imagen de las gentes tenía mucho que ver con el oficio que practicaban. Así el herrero se dibujaba renegrido por el humo de la fragua; el campesino zafio y curtido por el sol, el pastelero blanco como la harina que amasaba; el oficinista pálido por la carencia de luz natural...

Por fortuna, aquellos estereotipos no se corresponden con la vida actual en la que cualquier persona, una vez finalizada su tarea diaria, deja aparcadas sus naturales obligaciones y con ellas  los distintos elementos que la caracterizan, para presentarse con el debido decoro en un mundo obsesionado con la imagen exterior.

Y no hablamos sólo de la imagen, porque también se daba por hecho que la mentalidad, mejor diría la inteligencia,  iba pareja al aspecto exterior dejando en mal lugar a los más desfavorecidos por la suerte de nacer en un determinado estrato social, por entonces, repetido de generación en generación.

Así, Dulcinea, sin ningún atisbo de piedad por parte de su creador, nos fue retratada como una  vulgar y zafia campesina, ruda en sus maneras y simple en sus entendederas. Y no es que tenga nada que objetar a lo dicho por un genio de la literatura universal, pero a veces, los genios son poco condescendentes con sus personajes




Era fea  vulgar y algo simplona,
zafia , ruda y adusta campesina,
manos de leñador, talle de encina.
Nadie sintió piedad de su persona.

Y esa imagen llegó por mil caminos
a todos los rincones del planeta
que no hubo en el Toboso algún poeta
para cambiar el curso del destino .

Solo un hidalgo vio lo que ocultaron
procaces mentidores maliciosos:
eran sus labios rojos y jugosos
y sus ojos inmensos lo turbaron.

Y trémulo de amor, pulsó su lira
que, desgarrada, susurró un lamento
mínima extrema unción de un sentimiento
que antes de ser quemó funesta pira.

¡ Que hermosa lucidez alucinada !
¡ Que bella sucesión de anacronismos!
¡ Que historia de dolor jamás contada !

Nunca fuera una dama tan amada
a pesar de la burla y el cinismo
con la que fue su historia relatada.